Por otro lado, los equipos y los patrocinadores siempre se han opuesto a la moda de quitarse la camiseta del equipo, precisamente porque el momento posterior al gol es el de máxima visibilidad para el patrocinador principal y el patrocinador técnico, por lo tanto, si el futbolista se la quita, pierde algunos segundos preciados de planos televisivos (o de sesiones fotográficas) para las marcas que pagan generosamente por poner su nombre en las camisetas de los equipos.