Pelé se convirtió en un ícono planetario no solo por los tres títulos de la Copa del Mundo que ganó con Brasil (Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970), un tridente irrepetible hasta ahora, sino también por llevar, con el Santos Futebol Clube, la alegría de su fútbol mágico, artístico, espectacular, y de goles a las canchas de los cinco continentes, chaqueta barça en cientos de partidos amistosos entre 1958 y 1975. Desde las principales capitales del fútbol hasta las poblaciones más recónditas de África disfrutaron con Pelé.