Sus compañeros, en cambio, sí que salieron a jugar con las tres rallas en la parte superior de la camiseta. Eliminado en octavos de final, Uruguay finaliza su participación en el Mundial dejando una imagen polémica, con la mordida de Suárez, la ausencia de alternativas ante su suspensión, el nivel disminuyente de sus figuras que habían brillado años atrás, y la falta de recambio generacional que siembra dudas de cara al futuro.